Consecuencias de trabajar de noche

El trabajo nocturno exige mucho desgaste de energía, física y mental, lo que puede generar diferentes implicaciones para la salud de quienes trabajan de noche. Hemos sido programados para vivir de día y dormir de noche, cualquier cambio a este patrón puede favorecer a la aparición de diferentes alteraciones físicas y mentales.

1.            Problemas con el ciclo del sueño.
Trabajar en contra del ciclo de sueño natural de una persona provoca trastornos del sueño y fatiga. El reloj circadiano es esencialmente un temporizador que permite a varias glándulas saber cuándo liberar hormonas y también controla el estado de ánimo, el estado de alerta, la temperatura corporal y otros aspectos del ciclo diario del cuerpo.
Durante la noche, el ritmo circadiano produce sustancias químicas que promueven el sueño, como la melatonina. Se ha demostrado que dicha sustancia tiene efectos positivos en el cuerpo, como la reducción de la presión arterial y la disminución de la coagulación sanguínea, que pueden ayudar a prevenir ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.
 
2.            Alteraciones alimentarias.
Trabajar de noche influye en el modo en que nos alimentamos y en la dieta. Estas alteraciones alimentarias pueden favorecer la aparición de enfermedades graves como la diabetes, la hipertensión arterial o el aumento de los niveles de colesterol. Trabajar de noche puede estar detrás de algunos tipos de úlceras, gastritis, diarreas, ardor de estómago, estreñimientos o crisis hemorroidales.
Para mantener una buena salud es necesario llevar una dieta equilibrada con un aporte de los nutrientes esenciales para el correcto funcionamiento del organismo. Asimismo, es necesario que la ingesta de alimentos se reparta en varias comidas.

3.            Problemas de salud.
El trabajo nocturno y la fatiga también pueden contribuir al riesgo de enfermedad cardíaca y cáncer. Gran parte de los trabajos que se realizan por la noche son de carácter sedentario, si a eso le añadimos una mala dieta y los horarios cambiados el resultado pueden ser problemas de sobrepeso y, en casos extremos, de obesidad. Los que trabajaban habitualmente en el turno de 8 p.m. a 4 a.m. y también duermen en promedio menos de seis horas, tienen cuatro veces más probabilidades de tener síndrome metabólico: una combinación de síntomas que contribuyen a la mala salud del corazón y la diabetes, niveles elevados de triglicéridos, colesterol alto y presión arterial alta.
 
4.            Mayor posibilidad de accidentes laborales.
Se calcula que entre las dos y las siete de la mañana el rendimiento laboral decae, y el riesgo de padecer fatiga es inmenso. Esto provocará que disminuya el tiempo de reacción, la memoria, la coordinación psicomotora y la habilidad para la toma de decisiones. Además, también aumenta la posibilidad de tener un accidente a la hora de regresar a casa tras la jornada laboral. El hecho de tener que estar peleándonos con nuestro cuerpo constantemente para permanecer despiertos produce unos efectos poco deseables en nuestras habilidades cognitivas.
 

5.            Pérdida de relaciones interpersonales.
Es difícil llevar una relación de pareja o asistir a las actividades de nuestros hijos, ya que estos eventos ocurren durante el día. A largo plazo, se experimenta agotamiento emocional, el cual desemboca en un cansancio excesivo tanto físico como psicológico. Esto lleva( implícitos cambios de humor, tener peor carácter, ser más agresivo, y por consiguiente tener una peor relación con el resto del mundo. La persona que lo sufre tiende a aislarse socialmente y a mantener una actitud distante con las personas de su entorno, y disminuye también su eficacia en el trabajo.
 
El trabajo nocturno es un factor de riesgo para tener ciertas complicaciones de salud. Si debes trabajar de noche recuerda tener una buena alimentación, cuidar tus niveles de estrés, cuidar tus relaciones sociales y cuidar tus horA de sueño.
 
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