Sentir
mal humor en el trabajo de manera constante puede afectar tu trabajo y las relaciones con tus compañeros, por eso es importante buscar diferentes alternativas para calmar el mal humor. Debido a que todas las personas somos diferentes puedes identificar con cuál método te sientes más seguro para disminuir o quitar el mal humor y continuar con tu trabajo.
1. Haz ejercicio.
Hacer
ejercicio produce neurotransmisores como endorfinas, serotoninas, dopamina y
noradrenalina, lo que te proporcionará ese sentimiento de felicidad por más
tiempo. No necesitas realizar una actividad física extenuante, con salir a
caminar o hacer cardio moderado es suficiente. Una caminata rápida o algunos
estiramientos pueden ser suficientes para levantar tu ánimo y aumentar tu
energía. Si no tienes tiempo para hacer ejercicio por la mañana, intenta
hacerlo durante el día, ya que también puede ayudarte a reducir el estrés y la
ansiedad en general.
Además, el ejercicio predice mayores niveles de resiliencia ante el estrés, incluso cuando hay rasgos de personalidad ansiosa.
2. Cambia tu perspectiva.
Muchas
veces el mal humor se da por la manera en la interpretación que hacemos de los
hechos. Por ejemplo, el simple hecho de que alguien no conteste nuestros mensajes
puede hacernos sentir mal y de mal humor, pero si cambiáramos nuestra
perspectiva veríamos que tiene buenas razones para no contestar tan pronto como
queremos.
También necesitamos recordar que no siempre vamos a tener el control de todo, por eso todas aquellas situaciones en las que las cosas no salgan como las tenía previstas requieren cierto espíritu estoico. Si no está en tus manos cambiar la situación respira profundo y cambia tu perspectiva.
1. Haz ejercicio.
Además, el ejercicio predice mayores niveles de resiliencia ante el estrés, incluso cuando hay rasgos de personalidad ansiosa.
2. Cambia tu perspectiva.
También necesitamos recordar que no siempre vamos a tener el control de todo, por eso todas aquellas situaciones en las que las cosas no salgan como las tenía previstas requieren cierto espíritu estoico. Si no está en tus manos cambiar la situación respira profundo y cambia tu perspectiva.
3.
Identifica el origen del mal
humor.
Al identificar
el motivo del mal humor, es posible evaluar su impacto y crear estrategias para
cambiar la manera como nos sentimos. En ocasiones, el mal humor esconde estrés o
depresión y conviene descartar que estas sean las causas del mal humor. Por
otro lado, hay personas que se ponen de mal humor cuando tienen el estómago
vacío o cuando no han dormido las horas suficientes.
Una de las principales herramientas que tenemos a nuestro favor es la introspección. Es importante mirar dentro de nosotros y preguntarnos: ¿por qué me siento así? Tal vez al analizarlo te des cuenta de que hay alguna necesidad insatisfecha y atenderla puede ser la clave para sentirte bien.
4. Elige bien tu compañía.
Puedes
rodearte de personas positivas con las que poder hablar distendidamente.
Pregúntales qué métodos utilizan para estar siempre de buen humor y quizá
saques algunos trucos que puedas poner en práctica. Las relaciones sociales pueden
hacer que el humor mejore y además son una puerta de acceso a todo tipo de
actividades estimulantes: ir al teatro acompañados, salir a correr, hacer
excursiones, etcétera. Sin embargo, desafortunadamente también hay personas que
con sus actitudes, maneras de actuar, mensajes verbales y no verbales nos
generan malestar y dolor, y por lo tanto mal humor. Si sigues compartiendo tu
día a día con alguien así, al paso del tiempo podrás sufrir problemas físicos y
psicológicos.
Una de las principales herramientas que tenemos a nuestro favor es la introspección. Es importante mirar dentro de nosotros y preguntarnos: ¿por qué me siento así? Tal vez al analizarlo te des cuenta de que hay alguna necesidad insatisfecha y atenderla puede ser la clave para sentirte bien.
4. Elige bien tu compañía.
5.
Cambia de escenario.
Cuando
comiences a notar que estás de mal humor lo mejor es cambiar de escenario,
antes de que digas cosas de las que luego te arrepientas. Si te es posible abandona
el lugar en el que estás por unos minutos, hasta que te veas más calmado. Si
puedes, sal a la calle, que es un entorno con más distracciones potenciales en
el que seguro encontrarás algo que te llame la atención. Para que los demás
comprendan mejor la situación avísales que, cuando te asalten estos episodios
de mal humor, vas a tomarte unos minutos para ti y que regresarás cuando estés
más tranquilo.
El mal humor en el trabajo puede ser el reflejo de que algo más está sucediendo, por lo que si es algo constante será necesario solicitar ayuda de un profesional.
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