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Cómo tomar riesgos en el trabajo

Los riesgos son parte de la vida, y sí, también incluye el ámbito laboral, por lo tanto, es fundamental saber qué hacer y enfrentar los retos que se presentan. Correr riesgos significa atreverse a hacer aquello que no has hecho, incluso que nadie ha hecho para obtener grandes resultados. Antes de enfrentar grandes retos y asumir el riesgo te invito a que sigas leyendo.


1.            Analiza bien la situación.
Antes de tomar una decisión que podría cambiar el rumbo de tu empresa o tu vida laboral asegúrate de analizar el pro y el contra de tomar la decisión y asumir el riesgo. Recuerda que las consecuencias de esa decisión va afectar no sólo a ti, sino a todos los que conforman tu empresa, tus empleados, sus familias y los clientes. Asumir un riesgo no significa hacerlo sin cuidado y dejándose llevar por la intuición ya que podría traer consecuencias negativas.
Recuerda que necesitamos herramientas para poder evaluar los riesgos, y para esto necesitamos entender que hay factores conscientes e inconscientes que entran en juego cuando analizamos una idea o proyecto, y nos disponemos a tomar una decisión.
 
2.            Elabora un plan b.
Elabora un plan B por si el riesgo resulta en fracaso, y es que, aunque si bien es cierto que debes arriesgarte aún con miedo, también debes preparar un plan de contingencia que respalde tu empresa si no obtienes los resultados esperados. Toma en cuenta que los errores son parte de la vida y algunos riesgos sin duda van a tener malos resultados. No se trata de asumir todos los riesgos que se presenten, sino de entrenar a su cerebro para que sea capaz de correr algunos, mientras también se permite pensar en lo que sucedería si las cosas no salen como estaba planeado.
 
3.            Imagina el peor escenario.
¿Qué es lo peor que podría pasar si decides correr el riesgo? ¿Qué es lo peor que podría pasar si no corres ese riesgo? Antes de tomar un riesgo escribe tus pensamientos más irracionales, y analiza cada situación, con el fin de ponderar que, al fin y al cabo, hasta el peor escenario muy probablemente no sea fin del mundo. Asumir el riesgo calculando las consecuencias tanto si el resultado es todo un éxito o total fracaso y de esta manera tener un plan de contingencia que respalde la decisión de asumir el reto. Por peor que pueda parecer el escenario puedes saber que vas a sobrevivir.
 
4.            Mira el riesgo como algo bueno.
Si quieres correr riesgos y tener buenos resultados debes tener actitud de vencedor siempre, ya que la actitud con la que asumas el riesgo es determinante para detectar buenas oportunidades y tomar la decisión correcta. hay que cambiar la narrativa, enfocándonos en el hecho de que un riesgo puede llevar a cosas muy positivas y a tener grandes beneficios. No debes tomar riesgos a lo loco y sin pensarlo, pero tampoco debes quedarte siempre en el mismo lugar o eliminar ideas y planes simplemente porque no conoces lo que va a pasar o porque suena “peligroso”.
 
5.            Avanza poco a poco.
Si tu negocio o tu proyecto están comenzando y tienes miedo de asumir grandes riesgos, puedes empezar asumiendo varios riesgos más pequeños, de forma que el riesgo se distribuya y si sucede algo negativo no tenga un gran impacto sobre tu empresa. trata de ir paso a paso y sin exagerar. Empezar por pequeñas metas y cumplirlas te darán esa confianza necesaria para creer que puedes con retos más grandes. Jamás arriesgues todo. Es muy importante que seas consciente de que no puedes arriesgarlo todo en un solo proyecto.
 
Los retos y los riesgos laborales estarán presentes si quieres crecer. No temas correr riesgos, pero hazlo de la manera apropiada para que no tengas ningún problema o contratiempo que afecte a ti o a los demás.
 
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