Las
diferentes acciones que realizamos dentro del área laboral pueden volverse
hábitos que nos ayuden o nos perjudiquen. Recuerda que, cuantas más veces
repitamos una acción se volverá un hábito, y lo ideal por supuesto, es
desarrollar hábitos que te ayuden a ser un mejor empleado.
1.
Centrarse solo en una tarea.
A veces, en
el afán o el deseo de ser más productivos o de dar más resultados, nos
comprometemos a hacer varias tareas. El problema de comprometerse con varias
actividades es que disminuye la calidad de estas además de que se corre el
riesgo de aumentar los niveles de estrés. Es mejor centrarse solo en una tarea
y terminarla a tiempo (e incluso antes de lo planeado) y con la eficacia
correspondiente, y para esto es importante saber poner límites al momento de ayudar
a los compañeros de trabajo con sus tareas. Ante el pedido de tomar otra
actividad es recomendable indicar que ya se tiene una actividad en desarrollo y
que la actividad solicitada podrá hacerse al término de la otra.
2.
Ser proactivo.
Otro buen
hábito a desarrollar en el trabajo es tener iniciativa, es decir, tomar acción
propia para lograr la productividad, así como ir más allá de lo solicitado, es
decir, crea el hábito de hacer más de lo que te piden; esto no solo te permitirá
ser más productivo sino además darle valor agregado a tu trabajo. Procura
siempre ir un paso adelante, si ves que podría suscitarse un problema, presenta
soluciones o haz los cambios o propuestas necesarias para evitarlo.
3.
Ser puntual.
La
puntualidad es un hábito importante a desarrollar. Ser puntual implica 1) llegar
temprano al trabajo o a las citas con los clientes; recuerda que la puntualidad
denota interés y compromiso de tu parte, además te permitirá cumplir cabalmente
con tu trabajo, aprovechar más el día y
evitar problemas, y 2) entregar a tu trabajo a tiempo. Esto significa que de
nada te sirve llegar temprano a tu trabajo si no aprovechas bien tu tiempo.
Para entregar tu trabajo a tiempo debes aprender a concentrarte en lo que estás
haciendo, no0 aceptar más tareas si no has terminado la primera, priorizar tus
actividades y aprender a trabajar en equipo, en caso necesario.
4.
Tomar descansos.
Tener
periodos de descanso cada cierto tiempo para permitirle al cerebro que se
relaje y pueda seguir trabajando de manera efectiva no es una pérdida de
tiempo. Si atiborras tu cerebro y no descansas, tarde o temprano verás como tu
concentración es menor así como tu capacidad de solucionar problemas debido al
cansancio producido por el exceso de trabajo. No solo es un hábito el tomar
breves descansos en el trabajo, sino también periodos largos es decir, tomar
las vacaciones correspondientes cada año y alejarse durante esos días de todo
lo relacionado al trabajo. Este hábito ayudará a no fatigarse tanto y a
controlar mejor el estrés.
5.
Seguir aprendiendo.
No importa
cuántos cursos hayas tomado ya o cuánto sepas, nunca será suficiente, pues el
conocimiento y la tecnología se van desarrollando constantemente y lo que hoy
sabes quizá para mañana ya sea obsoleto. Para desarrollar el hábito de aprender
debes también desarrollar el hábito de la lectura, de preguntar, de investigar
por ti mismo y de enseñar a otros pues así también puedes reforzar tus
conocimientos. Ante cualquier oportunidad aprovecha para desarrollar nuevas
habilidades y para incorporar nuevos conocimientos. Puedes aprender también de
otros, como su manera de enfrentar los problemas o de desarrollar su trabajo.
A esta lista puedes agregarle tus
propios buenos hábitos y no olvides fomentarlos cada día en tu trabajo para tener
los resultados deseados.
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