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Estrategias para no abandonar los objetivos

¿Cuántas veces has iniciado un proyecto o te has propuesto objetivos y los has abandonado a mitad del camino? Si tienes un buen objetivo en mente, no te desanimes, continúa adelante paso a paso enfrentado cada obstáculo y aprendiendo de tus errores. 


1.            Recordar siempre por qué quieres conseguirlo.
Cuando estableces un objetivo es importante definir correctamente un porqué y recordar siempre ese motivo. Así, cuando surjan dudas solo tienes que volver a ese porqué para tomar fuerza y continuar. Debes tener claro qué es lo que persigues y por qué lo haces. Piensa en los cambios que se producirán en tu vida laboral o profesional si lo consigues, un mejor empleo, un mejor sueldo, un crecimiento profesional, tener mejores resultados en tu trabajo, ser un mejor empleado, una mejor persona.
Recuerda que la mejor manera de mantenerte en camino hacia tu objetivo es tener claro por qué has decidido emprender ese cambio.
 
2.            Enfocarse en el proceso.
Una vez definido tu objetivo, lo más importante es centrarse en el proceso, en el paso a paso, y no en el final. Si consigues desapegarte del resultado, tu motivación será fuerte y conseguirás pequeños logros que te irán acercando al objetivo final. Da un paso a la vez. Marca una meta, traza un plan y da los pasos necesarios hasta lograrla. Una vez que alcances esa meta vete a por otra. Una a la vez, de lo contrario podrías agobiarte y abandonar tus objetivos.
Pensar en el resultado genera motivación, pero pensar en el proceso clarifica el plan de acción y permite anticipar obstáculos y dificultades.



3.            Alejarse de lo negativo.
Trata de evitar en la medida de lo posible toda influencia negativa.
Si solo recibes comentarios negativos de las personas que están a tu alrededor, aléjate de ellos. Habrá gente que te diga que es muy difícil o incluso imposible lograr tus objetivos, aléjate de ellos. También aleja de ti todos los pensamientos negativos y que te impiden continuar.
Recuerda que debes superar la resistencia al cambio. Piensa en las oportunidades que te están esperando cuando abandones tu zona de comodidad. Además, trata de identificar los miedos que te limitan. Convive con ellos, haz que te acompañen y cada vez serán menos fuertes.
 
4.            Tener paciencia.
Los grandes proyectos u objetivos no se logran de la noche a la mañana. Llevan su tiempo; sé paciente. Si esperas resultados rápidos y no los obtienes, es posible que, a medida que pasa el tiempo, pierdas la confianza.
Dedica un tiempo de calidad a valorar cuanto tiempo te llevará materializar tu proyecto y fija un marco temporal que te obligue a dar lo mejor de ti mismo pero que a la vez sea factible de realizar. De ese modo evitarás que llegue la frustración por no ver todavía realizado tu proyecto. Márcate submetas que te ayudarán a no abandonar a medida que veas qué eres capaz de conseguir.


5.            Seguir a pesar de los errores.
No le tengas miedo a los errores o a los fracasos. Tómalos como una oportunidad para aprender y sigue adelante. ¿Te imaginas qué hubiera pasado si los grandes inventores o grandes empresarios hubieran abandonado al primer fracaso?
Las personas perseverantes son aquellas que, a pesar de errores, de fracasos y de obstáculos que se interpongan en el camino entre su objetivo y la meta a alcanzar, continúan trabajando o realizando acciones para lograr lo que quieren. Fracasar muchas veces es difícil, pero no hace imposible que te levantes y comiences de nuevo.
 
Tener un objetivo es fácil, terminarlo no siempre lo es, pero eso no significa que no puedas lograrlo. Manten siempre la motivación, aléjate de todo lo negativo, se perseverante y enfócate en el proceso sin perder de vista el objetivo final. 
 
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