Tener objetivos
en el trabajo es fundamental, pues nos ayudan a concretar nuestros planes en el
ámbito laboral, y además nos ayudan a mejorar la productividad y a crecer profesionalmente.
Para que los objetivos funcionen deben ser específicos, medibles, alcanzables,
importantes para ti y con fecha establecida para cumplirlo.
1. Dan dirección.
Los objetivos te obligan a centrarte,
apuntan en la dirección correcta y te proporcionan un camino para trabajar. Cuando
tienes metas claramente definidas se vuelve más fácil tomar decisiones porque
sabes cuál de ellas sí te permitirá cumplir tus sueños y cuáles no. Por
ejemplo, si tu objetivo es trabajar para obtener un ascenso y tienes la opción
de ayudar a tu jefe a preparar su presentación de PowerPoint para una
conferencia o tomar una copa con un amigo, es fácil decidir.
2. Dan motivación.
Cuando estableces objetivos, es porque sabes lo que deseas, y la
motivación juega un clave para el éxito en el trabajo porque ayuda a ser más
eficientes en el trabajo y más productivos. Si estas
motivado es más fácil hacer frente a los problemas que se te presenten porque
tienes un plan que quieres lograr. Las metas se convierten en una guía que te
muestra el camino para avanzar hacia lo que tú deseas.
Ya que los objetivos tienen fecha límite establecida se vuelve un motivador para dejar de lado aquello que no te permite avanzar y te capacita para no dejarte vencer por los problemas y complicaciones que pudieran presentarse.
Si no cumples tus planes, entonces sabes que necesitas trabajar más duro. O bien, si no sientes motivación porque los objetivos son aburridos para ti puedes hacer cambios que te permitan avanzar y mejorar tu desempeño laboral.
Al establecer objetivos podrás tomar acciones que te ayuden a cumplir tu propósito y alejar las que no evitando distraerte en situaciones o actividades que no valen la pena.
Ejemplos de metas laborales
Cómo ser perseverante en el trabajo
Comentarios
Publicar un comentario