5 señales de la adicción al trabajo

La adicción al trabajo es tan peligrosa como cualquier otra adicción ya que afecta la salud, la felicidad y las relaciones interpersonales. No hay que confundir la adicción al trabajo con el ser responsable. El adicto al trabajo tiene aspectos que son muy marcados como el no poder separarse del trabajo, pasar largas jornadas laborales y el poner las necesidades personales por encima del trabajo, entre otras. 


1.            Te llevas el trabajo a casa.
Quizá en algún momento te hayas llevado pendientes del trabajo a casa, pero si lo has hecho de manera constante o, aunque esos pendientes no sean urgentes significa que tienes una adicción al trabajo. Buscar diferentes formas de trabajar al estar fuera del horario laboral a pesar de que no se requiera es también una señal. Tu casa es un espacio de descanso y convivencia con tu familia, por lo que debes respetarlo y no traer trabajo.
 
2.            Tienes altos niveles de estrés.
Una persona con adicción laboral se caracteriza por tener altos niveles de estrés. Esto le lleva a ser impaciente, irritable e incluso a establecer altos márgenes de exigencia consigo mismo porque vive obsesionados, se vuelven irritables, poco pacientes, manejan mucha ansiedad e incluso llegar a sufrir otros trastornos como la depresión. Como consecuencia, incrementan las posibilidades de generar una enfermedad.

3.            Tu vida gira en torno al trabajo.
Pensar en el trabajo de forma constante, incluso en tus momentos de ocio, indica que hay un problema del que debes hacerte cargo. La necesidad de estar conectado a Internet o al correo durante las 24 horas del día para atender posibles eventualidades del trabajo es habitual en un adicto al trabajo. También es habitual la necesidad de estar disponible en todo momento para cualquier llamada o petición relacionada con el trabajo, ya sea para hablar con superiores o con compañeros de trabajo.
Volcarse en el trabajo puede representar un riesgo para tu vida personal, familiar y social.
 
4.            Tienes poca vida social fuera del trabajo.
Quienes sufren de esta patología solo tienen una relación con su trabajo. No salen con amigos o a fiestas familiares, ya que muchas veces prefieren adelantar labores dejando a un lado a sus seres queridos. No piensan en una vida social e incluso no la tienen porque ponen el trabajo por encima de todo, y progresivamente van perdiendo el contacto con sus amistades de siempre. Las relaciones con otras personas tienen, cada vez menos importancia.
 
5.            Tienes dificultades para descansar.
Una de las características principales de la adicción al trabajo es el hecho de negarse a descansar del mismo y poner en todo momento excusas que permitan a la persona seguir trabajando. Creer que descansar no es importante y tener siempre cosas que hacer más importantes, relacionadas con el trabajo, es también una de las señales definitorias de la adicción al trabajo, algo que a la larga afecta tanto a nivel físico como psicológico. Si 15 días de vacaciones te parecen una eternidad y te cuesta encontrar un fin de semana libre para poder desconectar, entonces podrías ser un adicto al trabajo.
 
Ser adicto al trabajo puede parecer bueno para obtener los resultados deseados para la empresa, pero a la larga va trayendo consecuencias contrarias y que merman la salud. 
 
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