3 consecuencias de las quejas constantes en el trabajo

Todos nos hemos encontrado con algún motivo para quejarnos en el trabajo, sin embargo si solo nos quedamos en la queja y no hacemos nada por tener una solución, podemos encontrarnos frente a algunas consecuencias que afectaran nuestro ambiente de trabajo y nuestra salud tanto física como mental.

 
1.     Aumento de estrés.
Las quejas constantes en el trabajo sin ninguna solución acrecientan el riesgo de sufrir estrés crónico, aunque tú no seas quien se esté quejando sino alguien más. Acumular pensamientos negativos sobre alguien o alguna situación provoca niveles altos de adrenalina y de cortisol causando así un aumento de estrés. Si eres tú quien acostumbra a quejarse constantemente con todos y por todo recuerda que es mejor buscar una solución conveniente y hablar con la persona adecuada; si es un compañero que constantemente se queja pídele también buscar más soluciones que quejas y así evitar el aumento del estrés.
 
2.     Mal clima laboral.
Hacer de ellas quejas un hábito genera mal humor entre los compañeros de trabajo, además a nadie le gusta estar cerca de una persona que vive quejándose por todo, y eso afecta las relaciones entre los compañeros lo cual afecta el ambiente de trabajo. Si bien al principio la queja puede parecer una liberación  a la larga, si no se hace nada, puede resultar en más problemas que en beneficios como el enojo constante, peleas y discusiones con los compañeros y seguir con el mismo problema al no darle ninguna solución. Estar cerca de una persona que acostumbra a quejarse puede generar un ambiente hostil de trabajo.
 


3.     Problemas de salud.
El estrés generado por las quejas constantes provoca que las defensas del cuerpo disminuyan y por lo tanto tiene menos herramientas para defenderse de las enfermedades. En otras palabras una persona que se queja constantemente es más propensa a enfermar, por ejemplo sufren de dolor de cabeza constante, tos o gripa que dura varias semanas, problemas gastrointestinales  como colitis o gastritis, entre otros problemas como presión arterial alta, dificultades para dormir, depresión y ansiedad. Por supuesto, estos problemas no aparecen a la primera queja sino cuando se hace de esta un hábito.
 

Recuerda que antes de expresar tu queja (y de hacerlo con la persona correcta) debes buscar una solución al problema que se está presentando. Si haces de la queja un hábito continuo se dañara tu relación con los demás, tu trabajo y tu salud.

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