Hacer un trabajo excelente o hacer más
de lo que se debe hacer en el trabajo son acciones que se esperan de un trabajador;
sin embargo muchos han caído en la trampa del perfeccionismo, es decir, intentar
ser perfectos y entregar tareas o trabajos “perfectos". El perfeccionismo lejos
de ayudar o beneficiar trae consigo consecuencias que pueden perjudicar la salud
del trabajador e incluso puede provocar efectos contrarios a los esperados.
1. Adicción al trabajo.
Una persona perfeccionista tiende a dedicar muchas horas, incluso
extras para entregar un trabajo “perfecto”, lo cual genera una adicción al trabajo.
Este tipo de personas suelen trabajar de manera excesiva y compulsiva descuidando
su salud de esa manera. La adicción al trabajo no le permite al perfeccionista tener
descansos adecuados, su mente constantemente está pensando en el trabajo (aunque
no se encuentre en él), daña sus relaciones familiares y sociales y genera mayor
estrés. Entregar un trabajo cuya calidad sea excelente y con buenos resultados esta
bien, pero obsesionarse con la perfección, no, la salud también es importante.
2. No cumplir con las responsabilidades.
Una persona perfeccionista en su trabajo suele no cumplir con los
plazos de entrega, esto sucede porque cuando recibe la encomienda de realizar algún
trabajo y lo termina, generalmente no queda satisfecho con los resultados así que
lo hace una y otra vez intentando llegar a la perfección, pero cada vez encontrará
más “defectos" y por lo tanto no estará conforme lo cual hará que no pueda
cumplir con su trabajo de manera eficiente y adecuada. Está claro que todo trabajo
o tarea debe ser bien hecho, pero también es necesario cumplir en tiempo y forma,
una buena planeación y el apoyo de otros será de mucha ayuda.

3. Niveles altos de estrés.
El exceso de trabajo autoimpuesto por el propio perfeccionista le
provoca altos niveles de estrés, quizás al principio este funja como un motivador
pero al no poderlo controlar por el exceso de trabajo, el estrés llega a niveles
altos causando problemas como ansiedad o depresión, dificultad para concentrarse
y tomar decisiones, problemas gastrointestinales, dolores de cabeza, insomnio, así
como problemas interpersonales con sus compañeros de trabajo, cambios de humor
y, como consecuencia lógica, no entregar bien las tareas o trabajos solicitados.
Un poco de estrés está bien para impulsar a entregar bien una tarea solicitada pero
es importante controlar el estrés mediante descansos, tomar agua, hacer ejercicio,
pedir ayuda y no buscar la perfección en la tarea.
4. Depresión.
Querer llegar a la perfección en lo que se hace puede causar, además
de lo ya visto, otros problemas como insomnio, ansiedad y depresión, esto por el
exceso de estrés intentando alcanzar la perfección. Esto responde, además, por lo
general a la frustración que sienten por no recibir reconocimiento al gran esfuerzo
al hacer su trabajo (lo entreguen o no a tiempo), creen que sin ellos no se alcanzaría
el éxito en la empresa y cuando no se les reconoce como ellos esperan pueden llegar
a deprimirse. Tener altos niveles de autoexigencia difíciles de satisfacer deben
ser cambiados por estándares altos pero posibles de hacer dentro del plazo establecido
para evitar problemas de estrés y por lo tanto de depresión.
Las consecuencias del perfeccionismo no son nada favorables y pueden
llevar incluso a perder el trabajo y hasta la salud, por eso es imprescindible cuidar
de no caer en dicha obsesión. Ni la mediocridad ni la perfección son recomendables, lo ideal es mantener un equilibrio de tal manera que el trabajo tenga calidad, la salud no se vea dañada y se mantengan bien las relaciones interpersonales.
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