Muchas
veces en el trabajo, las cosas no salen como quisiéramos y nos sentimos
frustrados. El problema no es tener dicho sentimiento sino permitir que tome el
control de nuestra conducta y, por ende, afectar nuestro trabajo y a nuestros
compañeros. Cuando la frustración no se resuelve de manera correcta se pueden
presentar problemas como ansiedad, conflictos con los compañeros, disminución
del nivel de productividad, conductas agresivas e incluso enfermedades físicas.
1.
Expresa tus emociones.
Reconocer
tu frustración y todo lo que te hace sentir en esos momentos es un buen comienzo
para superar la frustración. No te compares con nadie más, sobre todo si otro
compañero también tuvo alguna frustración porque cada persona reacciona de
manera diferente. Puedes expresarlo de diferentes maneras, ya sea hablando o
escribiendo o bien, con la música, con la pintura o con el ejercicio, no
importa cómo, lo importante es expresar lo que estas sintiendo.
2.
Usa la resiliencia.
La
resiliencia es la capacidad que tiene una persona de sobreponerse a la
adversidad. Una persona resiliente mira la frustración como una oportunidad para
aprender, para crecer. Si en algún momento sientes frustración porque no
tuviste los resultados deseados pese al esfuerzo, no te quedes en el “yo quería...” sino más bien analiza cómo puedes reponerte de esa
situación a pesar de lo sucedido.
3.
Acepta los cambios.
Aunque
las cosas no salieron como habías planeado y ahora te enfrentas ante otros
resultados, ante un cambio, puedes usar ese cambio a tu favor. Muchas veces la
frustración viene como resultado de esperar sólo un tipo de resultado sin
darnos la oportunidad de aceptar que podríamos tener otros y por lo tanto nos cerramos a la
idea de los cambios y a la oportunidad de crecer.
4.
Reconoce tus
limitaciones.
Otra
de las razones por las cuáles terminamos frustrados es porque no aceptamos o no
reconocemos nuestras limitaciones, nos creemos capaces de poder hacerlo todo y cuando
las cosas no salen como queríamos, nos sentimos frustrados. Si ese fue tu caso,
haz un análisis de lo sucedido y si tus limitaciones tuvieron parte en esa
situación, reconócelas, al mismo tiempo es importante que también conozcas tus
cualidades y hagas tus nuevos planes en función de ello.
5.
Confía en tu potencial.
Es
común que ante un episodio de frustración la persona se culpe y crea que no
tiene las habilidades necesarias, por eso es fundamental tener en claro tu
capacidad. El hecho de que tus planes no hayan resultado como querías no es
sinónimo de tu falta de capacidad para hacer tu trabajo o de planear algo. Si
tuviste un mal momento, lo mejor es reconocer tus habilidades y cultivarlas
para hacerlas más fuertes.
Sentirte
frustrado es una situación en la cual estarás en algunas ocasiones en tu
trabajo. No temas sentirte frustrado, más bien prepárate para hacerle frente de
manera correcta y usar dicha situación para crecer y para conocerte mejor a fin
de tener una nueva oportunidad de cumplir tus sueños.
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